útero-matriz

Matriz o Útero

Si bien los senos, según la Akimia Interior Taoísta, custodian la cavidad del aliento -centro donde reside la esencia femenina-, el útero es el centro de la Fuerza Sexual o Soplo Espiritual Sensible.

En El Cuenco de Baubo, creemos que existe una calidad de consciencia que emerge de nuestra matriz, con un gran caudal creativo, que es fundamental despertar, desperezar, movilizar y expresar, para

que la mujer integre su identidad. Por ello buscamos conectar de forma consciente con nuestra estructura física, darnos cuenta de su funcionamiento y sentir su energía a través de la respiración, de la tonificación y relajación, del canto, del juego, de la visualización y de la contemplación, tanto de lo evidente como de lo sutil.

Imaginen a un niño que ha estado reprimido desde que nació, y ya adulto, justo cuando cumple sus 70 años, alguien le dice: "¡Anda, ahora sí, muévete de forma natural y libre por la sala!".

Sin duda ese hombre que aún es un niño reprimido, se sentiría cohibido y, muy posiblemente se negaría a moverse o sería muy torpe haciéndolo.

Esto es lo que le sucede a mujer; ha estado genéricamente reprimida durante milenios, especial-mente en su energía sexual.

Si bien todo comenzó como una iniciativa de la energía masculina, una vez incorporada la visión patriarcal y jerárquica al pensamiento humano, han sido ambos, mujeres y hombres los que han perpetuado esta represión de la identidad femenina de especie. En los niños se les ha coartado la sensibilidad, el sentido poético, la libertad para llorar o exteriorizar las emociones. En las niñas se les ha fomentado y exigido la docilidad, que va de la mano de la mentira, se les ha enseñado a aguantar malos tratos, a tener un comportamiento antinatural, se las ha inicidado en un modelo seductor y sumiso, sembrando en ellas la necesidad de ser queridas y aceptadas, no sólo por un hombre, sino por la sociedad en general. Esta forma de 'domesticación' ha provocado en la infancia una mengua de la creatividad y de la capacidad de generar ideas y proyectos que renueven y gesten otros estilos de vida más saludables, solidarios y liberadores para la especie humana.

En las mujeres, la rabia de ser consideradas inferiores a nivel familiar, social y cultural, se descarga con bastante frecuencia reprimiendo a las descendientes. Otras veces, el sentimiento predominante es la resignación y, a la hora de educar a las niñas, se transmite la idea de inferioridad.

A pesar de esto, la enorme plasticidad que, por biología y energía natural tiene la mujer, le permite re-conectar con su matriz de forma sorprendentemente rápida. Una vez que la localiza externamente, con sencillos movimientos y respiraciones la mujer va despertando a su presencia, y a su vez, haciendo que ésta despertar. Es entonces que la mujer percibe, sin demasiado esfuerzo, su palpitante energía.

Poco a poco la nueva fémina comienza a darse cuenta de la plenitud y serenidad que conlleva vivir la identidad femenina de forma integrada e integradora, lo cual la predispone a ser un elemento imprescindible, generador de bienestar en la comunidad humana.