El canto como vía de gozo y liberación
Quienes llevamos experimentando desde pequeños
el gozo de cantar, continuamos formándonos,
y luego dando clases de canto, sabemos que cantar
es una forma de mantenernos sanos y de hacer
fluir nuestra energía.
Ante nuestro asombro, podemos contemplar
cómo el ser humano va perdiendo progresivamente
esta habilidad y necesita de mediadores para
reencontrase con su voz y su caja de resonancia,
el cuerpo.
No sólo cada vez se canta menos en reuniones
de amigos, creo que cada vez se canta menos,
incluso en la ducha.
Es llamativo y un tanto alarmante que las mamás
canten poco o nada a los bebés.
El recuerdo del canto durante la infancia es un tesoro
que llevaremos toda la vida y que seguiremos
perpetuando en nuestro entorno.
Cantar en la etapa prenatal, desde el momento en que somos conscientes de que albergamos a un nuevo ser en nuestra matriz, es algo que va a aportar calidad a la comunicación que tendremos con nuestro bebé y al parto.
Cualquier canto es sanador. Sin embargo, practicar el cantar, respirando, sensibilizándonos acerca de los resonadores y apoyos de la voz, adquiriendo consciencia de los diversos matices que están previstos en nuestro instrumento, nos permite improvisar según las necesidades de nuestros sentires y emociones.
Haciéndolo, es posible liberar tensiones de nuestra alma y llevarla al gozo, armonizando de forma consonante a nuestra estructura.
El canto es vibración, y la vibración genera el movimiento tanto de los fluidos o humores del cuerpo, como de la energía y, por tanto, de la estructura íntima de la materia de la que estamos hechos. Mediante el canto masajeamos nuestros órganos y entrañas, acariciamos cada célula del organismo y nuestros cuerpos más sutiles.
En la mujer es especialmente importante el canto, pues favorece el ir reconociendo su identidad debido a que contribuye a ablandar sus corazas, facilita el ir perdiendo miedos, permite expresar las emociones e ir relajando y a la vez fortaleciendo el periné, el útero, la vagina y la vulva. El canto ayuda a despertar y mover la energía sexual.
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