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​El canto como vía de gozo y liberación

Quienes llevamos experimentando desde pequeños

el gozo de cantar, continuamos formándonos,

y luego dando clases de canto, sabemos que cantar

es una forma de mantenernos sanos y de hacer

fluir nuestra energía.

Ante nuestro asombro, podemos contemplar

cómo el ser humano va perdiendo progresivamente

esta habilidad y necesita de mediadores para

reencontrase con su voz y su caja de resonancia,

el cuerpo.

No sólo cada vez se canta menos en reuniones

de amigos, creo que cada vez se canta menos,

incluso en la ducha.

Es llamativo y un tanto alarmante que las mamás

canten poco o nada a los bebés.

El recuerdo del canto durante la infancia es un tesoro

que llevaremos toda la vida y que seguiremos

perpetuando en nuestro entorno.

 

 

Cantar en la etapa prenatal, desde el momento en que somos conscientes de que albergamos a un nuevo ser en nuestra matriz, es algo que va a aportar calidad a la comunicación que tendremos con nuestro bebé y al parto. 

Cualquier canto es sanador. Sin embargo, practicar el cantar, respirando, sensibilizándonos acerca de los resonadores y apoyos de la voz, adquiriendo consciencia de los diversos matices que están previstos en nuestro instrumento, nos permite improvisar según las necesidades de nuestros sentires y emociones.

Haciéndolo, es posible liberar tensiones de nuestra alma y llevarla al gozo, armonizando de forma consonante a nuestra estructura.

El canto es vibración, y la vibración genera el movimiento tanto de los fluidos o humores del cuerpo, como de la energía y, por tanto, de la estructura íntima de la materia de la que estamos hechos. Mediante el canto masajeamos nuestros órganos y entrañas, acariciamos cada célula del organismo y nuestros cuerpos más sutiles.

En la mujer es especialmente importante el canto, pues favorece el ir reconociendo su identidad debido a que contribuye a ablandar sus corazas, facilita el ir perdiendo miedos, permite expresar las emociones e ir relajando y a la vez fortaleciendo el periné, el útero, la vagina y la vulva. El canto ayuda a despertar y mover la energía sexual.  

​​© 2012 by Asociación El Cuenco de Baubo  ​                                                                                                        

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